sábado, 9 de julio de 2011

GRANADA



Deambulo por las calles del Albaicín, recorro el Palacio de la Alhambra, el Generalife y hago una parada en el Mirador de San Nicolás desde donde las  vistas, son increíblemente bellas. Todo emana una especial y potente energía. Creo escuchar la voz del gran poeta, el de sus mujeres duras, reprimidas, frustradas, oprimidas pero imponentes, que me pregunta: ¿por qué?, verás Federico, viviste en una época equivocada y en un sitio que no era el tuyo, donde imperaba la poca cultura, la ignorancia, la mediocridad, la incomprensión, la envidia y la homofobia (por ser como eras y lo que eras), y el fascismo.
Sigo mi camino por el Paseo de los Tristes y por las márgenes del Darro hasta llegar a la Pza. Nueva. Un árbol frondoso me protege y cobija del durísimo sol granadino, mientras aspiro la fragancia y la frescura que baja de lo alto de los jardines de la Alhambra.- 
 
 Granada, julio 2011
Martín Mujica


 


 
 
              
        
 
         

 
















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